Es un tema del que por fin se habla.
Cada vez más revistas, profesionales y divulgadores dan voz a este gran melón que hace años pocos se atrevían a abrir.
Pero lo cierto, es que por mucho que se hable o se discuta sobre el tema, lo real es que lo vivimos de una forma mucho más dura y solitaria.
Y seguimos dentro de la burbuja de la rutina, hasta que sin darnos cuenta, un impacto nos llega de golpe para estallarla.
Es el momento.
Tienes que decidir entre dos caminos para poder salir de la escape room de la conciliación:
- O desarrollas tu carrera profesional echándole horas y esfuerzo, dejando a un lado el poder dedicar tiempo a tu familia.
- O te enfocas en dedicar más horas en estar en familia, dejando de trabajar, reduciendo tu jornada o buscando un trabajo más cómodo, que requiera menos implicación.
A parte de que nos hacen creer que sólo puedes elegir entre blanco o negro, cara o cruz, vivir o morir, nadie, ni siquiera tú misma te has dado cuenta que falta una tercera variable vital que no se tiene en cuenta, y es que si dedico más tiempo a la familia o tiempo a trabajar. ¿Dónde está el tiempo para mí?
Tiempo para leer, para estudiar, para pasear, para asomarte a la ventana con la mirada perdida o para ponerte una mascarilla mientras te ves cinco capítulos seguidos de una serie de Netflix. ¿En qué parte de la ecuación de conciliar queda esto?
Pues bien, después de leer esto, te acabo de poner encima de la mesa un dilema más.
Ahora no sólo tienes que tratar de hacer malabarismos, y no sólo con el trabajo y la familia, además ahora tienes que buscar tu tiempo dorado.
Tu innegociable tiempo dorado
Reconozco que la expresión “no me da la vida” me produce urticaria, (y eso que yo la he utilizado) y la verdad es que no estoy de acuerdo con ella. Hay tiempo para todo. Y después de hablar con amigas, compañeras de trabajo y clientes, me he dado cuenta de que las que invierten mejor su tiempo dorado, son las que tienen muchísimas más tareas y responsabilidades.
¿Casualidad? No lo creo.
El enigma es simple: tienen menos tiempo, por tanto se organizan mejor. Pues ahí quería yo llegar mi querida Watson. Vamos a quitar ratos muertos de mi**da por tiempo dorado, tiempo de calidad.
Ratos de mi**da no, gracias
Si te quejas de que no tienes tiempo de calidad para invertirlo en cosas que de verdad te encanta hacer, déjame ponerte algún ejemplo donde ese tiempo se te puede ir:
- Los ratos en los que mientras ves la tv o cenas te pones a hacer scroll (mover tu dedito por la pantalla para saltar de un vídeo a otro) de publicaciones en redes que ni siquiera te entusiasman.
- Leer por encima grupos de WhatsApp de los que te gustaría salirte pero te da vergüenza.
- Esos momentos odiosos en el que tienes que prepararte algo de comer porque en la nevera no hay comida preparada.
¿Me creerías si te digo que de sólo estos tres ejemplos salen mínimo 2 horas al día de tu tiempo?, ¿no me crees? Pues compruébalo.
Coge papel y bolígrafo (o abre las notas de tu teléfono) y mídete uno o dos días completos antes y después de empezar a hacer estas “tareas”. Yo te he puesto estos ejemplos, pero seguro que tú tienes alguno más en los que se te vaya ese tiempo que nunca tienes para cuidarte. Si lo haces, mándame un e-mail y me cuentas el tiempo total diario.
Además, para evitar pasar mucho tiempo en redes, en Instagram o TikTok tienes opción de que te salte una alarma cuando te vayas a pasar del límite de tiempo. Créeme que yo cuando hice este ejercicio, me sorprendí.
Agenda también tu tiempo de calidad
Con espacios reales, me refiero a que busques momentos donde tengas claro que nadie te va a poder interrumpir. Un ejemplo puede ser es cuando la casa se queda en silencio. A mí me gusta levantarme un poquito antes para escribir mis páginas matinales y hacer una pequeña meditación guiada. Son treinta minutos de auténtica paz y tranquilidad y de verdad que me cargan las pilas y me hacen empezar el día de otra manera.
Agenda por favor. Lo que no se agenda, normalmente no se hace. Y al igual que anotas en la agenda o calendario la cita del médico, bloquea ese tiempo también un paseo por zonas que te gusten, irte a una cafetería con un buen libro o ir a darte un masaje.
Sistematiza
Cuando te hablaba de perder tiempo valioso en tener que hacerte la comida porque es la hora de comer y no tienes nada preparado, te animo a que en casa os cerréis un par de horas a la semana para tener comida lista para calentar en el microondas y olvidarte, o quizá podéis directamente dejar pedidos menús preparados. Es un tiempo que puede que te dé pereza dedicar, pero que agradecerás en el momento de las comidas o cenas.
En resumen, considero que conciliar no sólo es buscar tiempo para dedicar a tu trabajo o a tu familia, conciliar es priorizar tiempo para conocerte y cuidarte, porque es imposible que estés bien anímica o físicamente en tu trabajo o estando con tu familia si no te pones en el puesto número uno del ranking de tu vida.